Dead Man




De nuevo la sensación del hombre muerto, el hombre triste, el hombre vacío; de nuevo en busca de experiencias que logren llenar el ataúd de carne, que hagan vibrar un espíritu olvidado vagando en un mundo carente de color, experiencias que hagan sentir a un corazón ahora marchito y negro. Noción perdida de toda vida en el interior, latidos apagados al borde de la inexistencia, rostro barroco para un cuerpo inerte cuya bandera es la palidez más absoluta; pese a ello, movimiento, errático, pausado, sin destino, tan solo el lento desplazarse sobre un suelo sin senderos dibujados, sin pistas ni ayudas para los extraviados, bajo un cielo sin estrellas ni guía, intentando divisar un horizonte tan lejano que hace de su existencia algo incierto, ni al norte ni sur, ni al este u oeste, tan solo queda el camino del corazón cegado, el camino del hombre muerto. Un paso, otro más, casi sin sonido, como el caminar de un fantasma, sin huellas que dejen constancia de la vida en muerte o de la muerte en vida.

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