Origen de Halloween




Los antiguos pueblos celtas, llegado el final de Octubre, solían celebrar una gran fiesta para conmemorar “el final de la cosecha”, bautizada con la palabra gaélica de Samhain. Significa etimológicamente ‘el final del verano’.  Esta fiesta representaba el momento del año en el que los antiguos celtas almacenaban provisiones para el invierno y sacrificaban animales. Se acababa el tiempo de las cosechas y a partir de entonces los días iban a ser más cortos y las noches más largas. Los celtas creían que en esta noche de Samhain (hoy noche de Halloween), los espíritus de los muertos volvían a visitar el mundo de los mortales, así que encendían grandes hogueras para ahuyentar a los malos espíritus. Era la fiesta nocturna de bienvenida al Año Nuevo. La costumbre era dejar comida y dulces fuera de sus casas y encender velas para ayudar a las almas de los muertos a encontrar el camino hacia la luz y el descanso junto al dios Sol, en las Tierras del Verano. La noche de Samhain en la actualidad se ha convertido en la noche de Halloween. Ejemplo de ello es  la vieja tradición de dejar comida para los muertos, hoy representada en los niños que, disfrazados, van de casa en casa, pidiendo dulces, con la frase ‘trick or treat’ (trato o truco). 
 Al parecer, los celtas iban recogiendo alimentos por las casas para las ofrendas a sus dioses. Rituales que supuestamente incluían algún que otro  sacrificio humano y para los que preparaban un gran nabo hueco con carbones encendidos dentro, representando al espíritu que creían que les otorgaba poder. En esa mágica noche de rituales, la noche de Samhain, se abría la puerta al más allá y  los vivos y los muertos tenían la oportunidad de poder comunicarse. 
 Con posterioridad, tras la romanización de los pueblos celtas – con alguna excepción como es el caso de Irlanda- y, a pesar de que  la religión de los druidas llegó a desaparecer, el primitivo ‘Samhain’ logró sobrevivir conservando gran parte de su espíritu y algunos de sus ritos.
 Así pues, la tradición será recogida y se extenderá por los pueblos de la Europa medieval, en especial los de origen céltico, quienes tradicionalmente ahuecaban nabos y en su interior ponían carbón ardiente para iluminar el camino de regreso al mundo de los vivos a sus familiares difuntos más queridos dándoles así la bienvenida, a la vez que se protegían de los malos espíritus.
Con el auge de la nueva religión-el cristianismo- la fiesta pagana se cristianizó después como el día ‘de Todos los Santos’ (la traducción en inglés es, “All Hallow´s Eve”, de ahí la expresión actual de ‘Halloween’).
A pesar de ello, los irlandeses, entre otros pueblos de origen celta, siguieron celebrando la tradición festiva de la noche de Samhaim, el 31 de Octubre, desde el año 100 d.C.
La noche de Samhain se convierte en la noche de Halloween
A mediados del siglo XVIII, los emigrantes irlandeses empiezan a llegar a América. Con ellos llegan su cultura, su folclore, sus tradiciones, su noche de Samhain… utilizarán las calabazas-mucho más grandes y fáciles de ahuecar- en lugar de los nabos.  En un primer momento la fiesta sufre una fuerte represión por parte de las autoridades de Nueva Inglaterra, de arraigada tradición luterana. Pero a finales del siglo XIX, los Estados Unidos reciben una nueva oleada de inmigrantes de origen céltico. La fiesta irlandesa entonces, se mezcla con otras creencias indias y en la secuela colonial, el Halloween incluye entre sus tradiciones la conocida leyenda de Jack-o-lantern, y bautizaron a la calabaza como “Jack el que vive en la lámpara” o, como se conoce actualmente, “Jack O’Lantern”. Esta leyenda tiene su origen en un irlandés taciturno y pendenciero llamado Jack, quien una noche,  de 31 de Octubre, cuenta la tradición que se tropezó con el mismísimo diablo. Desde entonces comenzó a extenderse la leyenda negra de Jack-o-lantern; el tenebroso candil de Jack. 


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